Tienes forma de cayuco y navegaste hasta quedar encallado en la orilla, a la que te condujo la baja mar de Montijo, mientras el sol jugaba al escondite con la última ola.
¿Será que a Neptuno no le gustó la ofrenda? No hay ticket para la devolución...
A lo mehó era para Nereida y sus amigas....
ResponderEliminar¡Qué borde eres!...
ResponderEliminarJajaja, me he reído un montón con la ocurrencia.